La cuestión es que me cansé, y me cansé lo suficiente como para hacerlo público. Me cansé de ser la pelotudita que siempre se pone una careta de buen humor cuando se está triturando de dolor por adentro, todo para no bajonear a los demás (porque eso es algo terriblemente egoísta). Me cansé de prestar mi oído, me cansé de aconsejar, de preocuparme y de intentar mantener lazos que claramente no valen una mierda. Me cansé de gastar energía en los demás. Estoy expresamente harta, harta de esa boludez de estar cuando te necesitan, pero cuando vos necesitás algo, claro, jodete por pelotuda.
En días como hoy, me CAGO en la amistad. Y como dijo Bierce, el genial Ambrose Bierce en su Diccionario del Diablo, de quien francamente jamás leí un carajo pero hoy más que nunca estoy convencida de que vale la pena hacerlo:
"Amistad: barco lo bastante grande como para llevar a dos con buen tiempo, pero sólo a uno en caso de tormenta".
No hay comentarios:
Publicar un comentario