sábado, 10 de abril de 2010

Las tres bardas

Un discípulo llegó muy agitado a la casa de Sócrates y empezó a hablar de esta manera:
-Maestro, quiero contarte cómo un amigo tuyo está hablando de ti con malevolencia...
Sócrates lo interrumpió diciendo:
-¡Espera! ¿Ya hiciste pasar a través de Las Tres Bardas lo que me vas a decir?
-¿Las Tres Bardas?
-Si -replico Sócrates. -La primera es la VERDAD. ¿Ya examinaste cuidadosamente si lo que me quieres decir es verdadero en todos sus puntos?

-No... lo oí decir a unos vecinos...
-Pero al menos lo habrás hecho pasar por la segunda Barda, que es la BONDAD. ¿Lo que me quieres decir es por lo menos bueno?
-No, en realidad no; al contrario...
-!Ah! -interrumpió Sócrates. -Entonces vamos a la Última Barda. ¿Es NECESARIO que me cuentes eso?
-Para ser sincero, no; necesario no es...
-Entonces -sonrió el sabio, -si no es verdadero, ni bueno, ni necesario, sepultémoslo en el Olvido...

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