domingo, 7 de junio de 2009

(...) Los utópicos no intercambian entre sí ningún tipo de moneda, sino que la almacenan en previsión de lo que pudiera acontecer. El oro y la plata, materiales con los que se fabrica la moneda, no poseen allí mayor valor que el que les dio la naturaleza. ¿Y quién no observa la diferencia de valor con el hierro? ¡Por Hércules!, los mortales no pueden despreciar el hierro ni el fuego ni el agua, mientras que el oro y la plata no tienen ninguna utilidad práctica. Únicamente la insensatez de los hombres les da un valor porque no abundan. En cambio, la madre amantísima que es la naturaleza, todas las cosas necesarias las puso sin ahorrarlas y de forma que pudiéramos conseguirlas sin ningún esfuerzo; así, por ejemplo, el aire, el agua y la tierra; en cambio, hundió en las profundidades de sus entrañas lo que no posee ninguna utilidad y sólo es vana riqueza. (...)


Utopía, Tomás Moro

No hay comentarios:

Publicar un comentario